He vuelto al maratón de Sevilla y he conseguido mi mejor marca personal, la mínima olímpica, medalla de bronce en el Campeonato de España en la distancia y, lo más importante, sentirme conmigo mismo en carrera. 

Llegar hasta aquí, bien lo sabéis, no ha sido fácil. Pero cada obstáculo en el camino que me he encontrado ha servido para que haya cruzado la meta en 2 horas 9 minutos y 55 Segundos. 

Un camino que empezó a las puertas del Santuario de San Ignacio de Loyola de la mano de Santi Pérez, mi entrenador. Que ha tenido continuidad gracias al cuidado de mis Aquiles por los Doctores Eduardo Anitua y Mikel Sánchez. 

Hoy es día para darles un gracias en mayúsculas a ellos y a mi familia, mis amigos, mi club, mis grandes colaboradores (BTI y Electro Alavesa). Siempre estáis ahí y esa confianza y seguridad no tienen precio pero si mi consideración y afecto infinito.