Desde el primer cien el cuerpo ha dicho que hoy y Amsterdam no iban a ser el día y el lugar donde completar una buena carrera en lo individual. Poco me amortigua la plata conseguida por equipos y de la que felicito a mis compañeros.

 

La atropellada salida ha sido el anuncio de mi participación. En todo momento he sentido las piernas hinchadas. No corría. Lo he intentado todo para sobreponerme pero los kilómetros caían y el cuerpo se ha negado a responder positivamente a los estímulos que le daba.

 

En el kilómetro 8 a punto he estado de retirarme pero el compromiso y la responsabilidad con el equipo han hecho que ese pensamiento fuera pasajero. He decidido acabar la media, sufriendo como en pocas ocasiones recuerdo.

 

Así es el deporte. No somos máquinas. Toca remontar y seguir con los buenos entrenos que había hecho para llegar al europeo. El trabajo siempre da sus frutos. Confío en recogerlos y en compartirlos con todos vosotros.

 

Por cierto, ¡qué gran actuación de la delegación española en Amsterdam!