IVAN-FIZ

Lasarte ha servido para medir mi estado de forma. Después de hablar con mi entrenador, consideramos que es bueno, pero hay margen de mejora. La victoria en la Catedral del Cross, así como el trabajo realizado hasta ahora, indica que vamos por buen camino pero aconseja que aplacemos el intento de bajar de 2 horas y 13 minutos en maratón.

Afrontar Sevilla con buenas sensaciones no es suficiente. Hay que ir con las mejores sensaciones y esas todavía no las he conseguido. En diciembre padecí de manera encadenada un leve episodio de mononucleosis, que atajamos a tiempo, y una infección bucal que afectaron a mi rendimiento tanto en competición como en entrenos. Esto ha hecho que la preparación se haya retrasado ligeramente y aunque ahora estoy bien, viendo el calendario y que hay tiempo, hemos optado por seguir alimentando el contenedor de las garantías.

Además de la oportunidad que nos brindaba la capital hispalense hay otras antes de que concluya el plazo para acreditar la mínima olímpica. Abril cuenta con buenos maratones para hacer marca: Londres, Roterdam, Varsovia y Hamburgo, por ejemplo.

Será en uno de ellos donde lo intente, antes tengo previsto correr una media maratón para consolidar la puesta a punto.

La ilusión y las ganas por conseguir la mínima olímpica siguen intactas. El contenedor de ánimo está alto y más teniendo en cuenta la inyección de moral que da siempre conseguir un título como la octava Txapela del campeonato de Euskadi de cross.