Si me dicen hace unos años que iba a conseguir ocho triunfos consecutivos en el Campeonato de Euskadi de cross no me lo creo. ¡Cómo iba a pensar en igualar siquiera a Martín Fiz y, mucho menos, superarle!
Para mí es un orgullo increíble ganar ocho txapelas. Valoro esta última como la primera. No es fácil estar siempre ahí, siempre disputando la victoria, saliendo como favorito a batir.
Este triunfo no es sólo mío. Y parece un tópico. Es una victoria de un gran equipo, el que conforman mi familia, mi entrenador, mi equipo, la afición y mis patrocinadores. Con su/vuestro aliento y apoyo se superan los momentos donde el podio está lejos y la soledad es casi plena.
Es en esos momentos donde la convicción en el trabajo callado y una focalización clara en el objetivo se configura como el único refugio posible.
De esa convicción y de la humildad vienen los resultados. Ocho txapelas, ocho años ganando el Campeonato de Euskadi. Ya no es un sueño. Es una realidad. Lasarte siempre da. De allí me llevó buenas sensaciones tras una carrera que he corrido cuasi en solitario a ritmo constante.
En 2016, como bien sabéis, he puesto el foco en el maratón. Esta ha sido una buena parada antes de llegar a la estación final. Ese horizonte es al que miro.
En las próximas horas y junto a Martín Fiz pondremos sobre la mesa todo lo hecho hasta ahora y marcaremos el trabajo y retos a cumplir las próximas semanas. Y lo haremos con la ilusión y empuje de una importante victoria en la memoria inmediata.